Visitar el Museo de la Seda de Valencia, es realizar un viaje precioso por la historia de la seda en nuestra ciudad que todo el mundo debería conocer. Es viajar a épocas pasadas y darte cuenta que, con la rehabilitación, se ha recuperado un gran símbolo del esplendor en Valencia.
Situado en el barrio de Velluters, el Colegio del Arte Mayor de la Seda, es uno de los edificios más importantes de la arquitectura y la cultura valenciana.
Con su rehabilitación, impulsada por la Fundación Hortensia Herrera, se ha podido recuperar parte de la historia material e inmaterial de la ciudad ya que contiene en su interior una gran riqueza patrimonial en forma de frescos, murales y mosaicos.
El Colegio ahora reconvertido en Museo de la Seda, se abría al público el pasado mes de junio.
Tiene su origen en el siglo XV, ante la necesidad de unificar los criterios para la producción de la seda nació el «Gremi de Velluters» (tejedores de terciopelo). El Gremio fue elevado a Colegio del Arte Mayor de la Seda por medio del título que les otorgó el rey Carlos II en 1686.
La sede del Gremio se instaló en el barrio al que dio nombre, Velluters, debido a la gran concentración de telares que se daba en el barrio que llegó a tener en 1767 cerca de cinco mil telares que daban trabajo a gran parte de la población de la ciudad.
El Museo de la Seda acoge en su interior el archivo gremial más importante de Europa, y conserva una gran número de ejemplares desde su inicio hasta la actualidad en forma de pergaminos, libros y cajas de archivo. Casi todos los documentos hacen referencia al Gremio de Velluters aunque también podemos encontrar alguna documentación de otros gremios.
Declarado Monumento Artístico Nacional y todo un símbolo de la época de esplendor de la industria sedera valenciana.
En el salón principal del museo donde se reunían los máximos dirigentes de la institución, se encuentra una auténtica joya de la cerámica valenciana, compuesta por un suelo que representa los cuatro continentes conocidos en aquella época.
Este impresionante suelo destaca la fama de la seda valenciana en todo el mundo, que está representada en el centro por una mujer.
Dado al deterioro que había sufrido este pavimento, fue necesario desmontar todas sus piezas, restaurarlas y volverlas a montar.
En la visita, también se pueden ver distintos trajes de valenciana del siglo XVIII, a los que no se les debe fotografiar, por esta razón no os los podemos mostrar, para verlos, lo mejor es que os acerquéis a conocer el museo y podáis disfrutar de estas auténticas joyas de la costura.
Al final del recorrido, nos espera un antiguo telar todavía en funcionamiento, allí mismo se puede ver como se confecciona una tela de espolín.
Con la apertura de este museo, Valencia cuenta ahora con un atractivo más, recuperando una parte muy especial de su patrimonio histórico.