El Cabanyal cuenta desde ahora con un nuevo espacio gastronómico Líndala Restobar. El primer local que fusiona lo mejor de la cocina valenciana y mediterránea. Su propuesta abarca todos los momentos del día. Se puede desayunar, almorzar, tomar un aperitivo, comer, pasar por allí a merendar, cenar e incluso tomar una copa.
Líndala Restobar es el décimo restaurante del grupo gastronómico Vicios Italianos. “Acercamos con cada uno de nuestros platos, la tradición gastronómica valenciana de antaño y provocativas propuestas que no dejarán indiferente a nuestros clientes”, señala Laura Motolese Lazzáro, responsable de Marketing de Vicios Italianos.
Líndala Restobar está ubicado en el Hotel Líndala, en la calle Ernesto Anastasio 46 de València.
Con más de 200 metros cuadrados, el local es muy acogedor y ecléctico con un jardín exterior. El conjunto es cálido y relajante, con diferentes rincones en los que perderte y disfrutar de una buena velada, un momento de relax o de diversión, leer un buen libro, escuchar buena música.
Inspirado en la leyenda de Líndala, el nombre del local hace referencia a una joven con ese nombre que destacaba por su desparpajo y belleza. Desapareció en el mar para nunca volver y días después encontraron su pequeño barco pesquero a la deriva, sin nadie abordo, como si jamás hubiera habido nadie en ese barco. El mediterráneo lloró, el pueblo se oscureció, durante meses todos los pescadores de la costa se dedicaron a buscarla sin encontrar rastro de Líndala. Décadas después, en una isla, frente a la costa levantina, unos niños que jugaban hallaron semienterrado en la arena de la playa, un esqueleto de sirena con un colgante en el cuello que simbolizaba una escama de pez. Los habitantes del Cabanyal que la habían conocido, supieron que Líndala nunca les había dejado.
Vicios Italianos es un proyecto de restauración consolidado en València que surgió hace ya casi 25 años de la mano de cinco socios: Vincenzo Cancilleri, Laura Motolese, Paola De Vero, Paul Doyen y Alessandro Romitelli. “Fuimos una de las primeras propuestas de auténtica comida italiana que no ofrecía únicamente la comida típica italiana”, ha señalado Laura Motolese.
La Pappardella fue el primer restaurante, y tras él llego Al Pomodoro, “Sorsi e Morsi” , “La Chipirona cocina de mar” y otros tantos negocios que fueron conformando una cultura gastronómica italiana diferente a lo conocido hasta el momento en nuestra ciudad. Del mismo modo, el grupo cuenta con un almacén distribuidor de productos italianos, Il Magazzino, que funciona como un departamento de compras propio de productos italianos.
Esta jueves celebran su fiesta de inauguración. Prometemos contaros muchas más cosas sobre el que ya es el nuevo sitio de moda en el Cabanyal.